El precio de las IP ha comenzado a subir ya tras asignarse las últimas disponibles

El precio de las IP ha comenzado a subir ya tras asignarse las últimas disponibles

El precio de las IP, las direcciones que identifican cualquier dispositivo que se conecte a Internet (tablets, ordenadores, smartphones, etc.) , han comenzado a subir tras anunciar el pasado 25 de noviembre la adjudicación del último bloque que existía para Europa, y en tan sólo unas semanas su precio se ha incrementado un 15%, hasta los 25 euros, según confirma a Aotec la empresa IP Broker, uno de los 50 brokers existentes en el mundo.

El agotamiento, largamente anunciado, llegaba con un escueto anuncio del Registro Regional de Internet para Europa, Oriente Medio y partes de Asia Central, RIPE NCC, el centro de coordinación de redes IP europeas, que anunciaba que “hoy, a las 15:35 del 25 de noviembre de 2019, realizaremos nuestra asignación final del bloque 22 IPv4 de las últimas direcciones restantes en nuestro grupo disponible. Ahora nos hemos quedado sin direcciones IPv4.” Se trataba de 1.024 direcciones IP públicas únicas, las últimas que podían otorgarse a empresas ya existentes. 

En realidad, todavía queda “una reserva estratégica de un millón de IPs que sólo se otorgarán a empresas que no hayan tenido nunca una dirección”, aunque esa no es una salida a la situación actual, explica el responsable de IP Broker, Ignacio Mateo.

Lo cierto es que en el mundo existen 4.300 millones de direcciones diferentes (concretamente 4.294.967.296), las que ha sido capaz de generar el protocolo de interconexión de redes IPv4, vigente desde 1983. Este protocolo, del que usamos su cuarta versión, fue concebido durante el nacimiento de la red para permitir su organización, identificando cada elemento que se conectara a ella.

Las direcciones IP funcionan como las matrículas de los vehículos o las direcciones postales, y sin una de ellas nadie puede navegar por Internet o tener una web. Se trata de un conjunto de 12 dígitos distribuidos en cuatro grupos de tres números cada uno. Por tanto, de ellas se nutren todos los dispositivos con conexión a la red del mundo… pero su número se ha demostrado insuficiente y la situación se va a continuar agravando por la implementación del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) que prevé la conexión automática entre máquinas. 

¿Qué opciones hay?

Mientras no haya una alternativa, aquel operador que desee adquirir una dirección IP deberá acudir a una empresa que las tenga o a un broker, que actúa de intermediario en compras y alquiler. De hecho, el responsable de IP Broker asegura que dos tercios de las IP existentes en el mundo están a la venta, “todo depende del precio” que se esté dispuesto a pagar. 

Además, la empresa española explica que, el paquete mínimo para comprar direcciones IP es de /24 ó  256, aunque la mayor parte de las empresas adquieren un mínimo de /22 ó 1.024, lo que supone una inversión considerable dado el ritmo de crecimiento de las redes de telecomunicaciones, que las “devora”. El operador local de telecomunicaciones, señala Mateo, habitualmente prefiere comprar, aunque “contamos con /16 ó 65.536 direcciones españolas para alquiler”. 

Ya hace tiempo que, con la escasez de direcciones, las ‘beauty IPs’ o direcciones bonitas por la armonía de su numeración, están más que cotizadas y se pagan cientos de euros por cada una de ellas. Un ejemplo de estas direcciones ‘guapas’ son las de de Google: 8.8.8.8 y 8.8.4.4 o la de  Cloudfare, 1.1.1.1.

Adjudicación creciente

Hasta este momento, para poder acceder a la adjudicación de un bloque de IPv4 tenías que ser miembro de RIPE, y solicitar su adquisición. La dinámica de la adjudicación era otorgar un número inicial, por ejemplo1.024, e irlo duplicando en las siguientes ventas para así garantizar que las empresas no tuvieran carestía de direcciones con las que trabajar. Esto ya no es así desde hace algunos años, aunque las grandes empresas han ido acumulando IPs en previsión de futuro, y también, cómo no, para su reventa o alquiler, señalan fuentes del sector.

Coste al usuario

Las IP pueden suponer un coste adicional para el usuario o no. En el caso de las IP dinámicas, son gratuitas, se consideran parte de la infraestructura y, por tanto, están recogidas en la factura de conexión a Internet de nuestro operador. Funcionan como una bici de alquiler, coges la que está disponible en ese momento para moverte por la red y la devuelves para que otro usuario la coja.

En el caso de las IP fijas o también llamadas estáticas, identifican siempre el mismo dispositivo y son muy utilizadas en el ámbito empresarial. Durante  los años de ‘bonanza’, los primeros años de la red en la que había una gran abundancia de números libres, los operadores no cobraron por ellas a sus clientes, ya fueran otras empresas o el consumidor final. Sin embargo, desde el 2000, si se quiere una IP fija hay que alquilarla.

¿Cuál es la solución? 

La solución a esta carestía es ampliamente conocida, el protocolo IPv6, que es capaz de generar 340 sextillones de direcciones, con lo que está pensado para dar respuesta a las necesidades de crecimiento futuro de la red. Se trata de una secuencia de128 dígitos, que se distribuyen en cuatro bloques separados por puntos. 

El protocolo IPv6 se definió por primera vez en diciembre de 1995 y su lanzamiento oficial se produjo en abril de 2003. La autoridad que designa los  números en Internet, la estadounidense IANA (Internet Assigned Numbers Authority) comenzó a repartir los bloques de estos números a través de las cinco agencias regionales de registro, entre ellas la RIPE. No obstante, el protocolo está muy poco extendido aún, alcanzando todavía el 26,4% de los elementos conectados

La causa de esta llenísima adopción es que, aunque hay dispositivos que ya lo incorporan como los iPhones, el IPv6 no es compatible con su antecesor, la versión 4. Esto crea un ‘gap’ difícil de salvar, dado que requiere cambios en infraestructuras y la renovación de dispositivos en ocasiones muy antiguos dado que llevamos más de 30 años nutriéndonos del IPv4, que además sí era compatible con sus antecesores. De hecho, si tu proveedor de internet no soportara el nuevo protocolo, no podrías acceder a los sitios creados únicamente con estas direcciones. “Se diseñó el mejor protocolo posible, pero que tiene muchas dificultades para su implementación”, señala Mateo. 

“Para que nos entendamos, es una situación que se puede comparar con los idiomas, la generación de quien tiene ahora 40 o 50 años habla inglés con cierta soltura pero intenta que sus hijos sean bilingües. Hasta aquí estaríamos hablando de protocolo IPv4. Sin embargo, a no ser que sean nativos chinos, no saben mandarín, que es IPv6. Por tanto, no se podrán comunicar con una persona china que no sabe inglés”, explica. 

Otro factor que ha ralentizadlo su adopción ha sido el nivel de madurez del protocolo, en el que se lleva trabajando desde 1998, y que no se consideró completamente maduro hasta 2017, convirtiéndose en estándar.

Están comenzando a aparecer pasarelas intermedias que salvarían este obstáculo de la incompatibilidad, aunque aún no se han adoptado extensamente, señalan fuentes del sector. El agotamiento hace previsible que las IPv6 se incorporen con una mayor celeridad…pero mientras, habrá que continuar observando el mercado y la evolución de los precios, cuyo ascenso no parece haber hecho más que empezar.