La transparencia y la seguridad, claves del Reglamento de Protección de Datos

La transparencia y la seguridad, claves del Reglamento de Protección de Datos

AOTEC ha organizado un curso sobre la nueva normativa en dependencias de VivaCable en la localidad de El Viso del Alcor y en Murcia

Ser transparente y facilitar al cliente una información precisa sobre el uso que se va a hacer de sus datos personales de un cliente y la seguridad de los mismos son las claves del nuevo Reglamento General de Protección de Datos. Una norma que conlleva numerosos cambios, entre ellos en los documentos que debe firmar de consentimiento que el cliente de una empresa de telecomunicaciones, explica el abogado Alfonso Aranda, de Iurisnova.

El experto ha impartido sendos cursos de formación para los miembros de la Asociación Nacional de Operadores Locales de Telecomunicaciones (AOTEC) en las dependencias de VivaCable en la localidad de El Viso del Alcor (Sevilla) para Andalucía y Extremadura y también en Murcia para las empresas del Levante español. “Ha sido una formación demandada desde el propio sector, lo que demuestra lo riguroso que se es en esta cuestión”, afirma, añadiendo que “cumplir con este reglamento es una garantía para sus clientes” por lo que los operadores se están adaptando ya al mismo.

El operador local está bien situado ante la nueva normativa comunitaria, que ya venía aplicando en gran parte debido a la cercanía y claridad que lo caracterizan en su trato con sus clientes. Ahora uno de los principales retos que se les plantea es documentar formalmente todo el proceso de información que se venía haciendo ya,. “Es una carga de trabajo adicional, pero en realidad forma parte de una rutina que ya existe, hay que adaptarse y formalizar todo el proceso “, asegura.

Aranda ha señalado que los nuevos clientes verán cambios, el más destacado el de las peticiones de conformidad para el uso de sus datos personales a la hora de firmar un nuevo contrato. “Al cliente se le va a pedir de firme en más casillas para tener un consentimiento explícito e inequívoco de lo que se va a hacer con sus datos, pero poco más, porque el tratamiento que hace el operador local sigue siendo básicamente el mismo, el del análisis de la información para mejorar la prestación de servicios que ofrece a sus clientes”, explica.

Por tanto, la gestión de esta información “no impacta de ninguna forma negativa sobre el usuario, sino todo lo contrario”, afirma, añadiendo que el consumidor no tiene que estar nervioso ante la posibilidad de que se les llene el correo de spam o de que les llamen por teléfono desde empresas extrañas como consecuencia de firmar el consentimiento con el operador local.

La información que se tiene que dar al usuario se podría resumir en las cinco preguntas periodísticas: qué, quién, cuándo, por qué y para qué. Qué datos se recogen, quién los recoge, para que se van a usar –la más importante— por qué y cuándo, es decir, durante cuánto tiempo se va a hacer.

Todas estas explicaciones estarán en un documento aparte dentro de contrato y deberá ser firmado por el usuario expresamente, concediendo así su permiso expreso. ¿Tienen que renovarse entonces todos los contratos? No –asegura Aranda— si no ha cambiado el uso que se va a hacer de la información, aunque sí se deberá informar a los clientes del cambio de política de privacidad en la empresa.

Además, en las tiendas los empleados podrán contar con información de la política de privacidad de la empresa que incluso se podría poner visible para el cliente, recordándole así también los derechos que tiene, como el de poder modificar en cualquier momento su consentimiento.